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56 AÑOS DE LA MUERTE DE EZEQUIEL MARTÍNEZ ESTRADA

4 de Noviembre

RECORDAMOS 56 AÑOS DE LA MUERTE DE EZEQUIEL MARTINEZ ESTRADA


La muerte, tal como afirma Pedro Orgambide, es un asunto personal. Es un momento de gran soledad, aunque muchos nos rodeen. No fue el caso de este escritor. Un día antes revisó las pruebas de su libro Realidad y fantasía de Balzac. Sólo Agustina estaba a su lado. Muy pocos amigos eran los que lo visitaban en su casa de Avenida Alem. El silencio superaba el canto de los pocos gorriones que allí quedaban. Escribía poemas que luego se publicarán en la Revista Sur. En “Tres poemas del anochecer” se despide fundamentalmente de su compañera. Poemas de tono hogareño pero reflexivo. Son casi un susurro para quien nunca lo abandonó en toda su carrera literaria:


“Pronto hemos de separarnos

Y de decirnos adiós.

Uno seguirá camino,

El otro no.”

…………….

“Irás sola, ¿Y por qué triste?

Con mi recuerdo y con Dios.

Será posible que encuentres

Alguna flor.”


Fue un humanista, que nos enseñó a buscar la verdad. Se atrevió a la incertidumbre de quienes defienden valores éticos de una República o de sus principios. Pensó tanto en Argentina como en América. Fue mas veces criticado que alabado. Martínez Estrada en sus obras nos ayudó a reflexionar y a no declinar en defensa de los débiles. Sus palabras hoy mantienen la vigencia de las verdades universales.

Elvira García, una de las hijas de uno de sus grandes amigos Germán García, director de la Biblioteca Rivadavia, recordaba cuando sonó el teléfono de madrugada para darle el aviso a su padre. Ese amigo, en forma inmediata, comenzó a escribir su discurso de despedida. Rubén Benítez recuerda el día del entierro. Lluvia y muy pocos autos y amigos acompañaron a despedirlo al Cementerio Municipal de Bahía Blanca.

Será Agustina quien decida posteriormente que uno de los más consagrados escultores del país diseñe el Mausoleo que se encuentra allí: Carlos de la Cárcova, hijo de Ernesto de la Cárcova. Profesor de Escultura en la Escuela Superior de Bellas Artes.


*Talla de Piedra del Estudiante en la Facultad de Derecho de la U.B.A

*Relieve alegórico de Maternidad de Mouras (C.A.B.A)

*Relieve alegórico para el teatro San Martín (C.A.B.A)

*Relieve de cemento para la Flota del Estado. Río Tunuyan

Foto: ARCHIVO HISTÓRICO, LITERARIO Y DE IMÁGENES FUNDEME. COLECCIÓN WOLK


Con rigor geométrico, derivado en orden, claridad y equilibrio, el escultor desarrolla en el mausoleo de Martínez Estrada, una estructura de tamaño natural que como el pensador de Rodin aparece en el pórtico de su morada definitiva. Ese “pensador” americano está en el propio proceso de abstracción de una figura con impulso vertical, sintetizada en una unidad conceptual. Logra que la luz natural abandone la oscuridad mortuoria, y se proyecte sobre una de las paredes de mármol. Imaginamos al anciano maestro, plagado de achaques pero en su eterna postura de observador de la realidad del país. La estampa de la muerte implica la idea de resurrección en su legado escrito.

Como una suerte de diario ascético, se lee:


“Se despertó de repente

Se asombró al encontrarse

Viviendo sencillamente”.

Dra. Marta Susana Ramírez

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