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Conspiración en el país de Tata Batata

Conspiración en el país de Tata Batata.

(Reconstrucción de manuscritos inéditos de un proyecto novelístico de EME).

Editado por Ariel Magnus.

Editorial Interzona, 2015.


A Ezequiel Martínez Estrada se lo recuerda, en la historia de las ideas, como autor de ensayos, de los más importantes que se han escrito en este país. Algunos son ineludibles: Radiografía de la Pampa, sin duda el de mayor renombre, equivalente al Facundo de Domingo F. Sarmiento. O bien su libro sobre el peronismo, ese jeroglífico nacional: Qué es esto. Todo un título. Sin embargo, en sus inicios, Martínez Estrada tuvo fama de poeta. Y si bien al final de su vida dedicó esfuerzos a causas revolucionarias –en Cuba– y todavía tuvo tiempo de clavar la pica tercermundista, la obsesión de su vida fue la Argentina, a la que también llamó “Trapalanda”, y ambos eran nombres de ficciones: de cuentos que terminan mal. Y cuentista él lo fue –publicó varios– y asimismo obras de teatro, y nos dejó una novela inconclusa, Conspiración en el país de Tata Batata. Nunca dejó de ser un creador de obras literarias y hasta cabe conjeturar que sus embestidas quijotescas contra todo y contra todos –es una estampa posible: batallador, desmarcado, en pose de jaque mate– eran las de un descreador de leyes y países. Quizás toda su vida se preparó para escribir una gran novela, y todo lo anterior fueron apenas aprestos, y tan solo le faltó poner el punto final, justo él, que siempre los ponía a quemarropa.


Christian Ferrer



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